No, no me he insolado, ni siquiera he ido a la playa, simplemente recuerdo el día que fuimos a las Piramides de Teotihuacan, aunque íbamos en un grupo bastante grande tuve tiempo para mi misma, para reflexionar, las piramides son imponentes, el simple hecho de mirar hacia abajo te invita a reflexionar.
Si el proposito de los Aztecas al construir estas piramides era sentirse en la cima del mundo, pues lolograron, la vista es maravillosa, te hace darte cuenta de lo pequeño que eres, al subir las escaleras eres testigo de tu propia capacidad, de hasta donde llega tu cuerpo sin quejarse, cuando estuvimos arriba de la Piramide de la Luna y nos sentamos con los pies guindando, fue una experiencia muy relajante, ves a todo el mundo super pequeñito, son solo manchitas que se mueven por la tierra (si a eso le sumamos mi miopia, el efecto es más dramático).
Las preguntas mas raras del mundo se vienen a mi cabeza cada vez que tienen la oportunidad, sería muy cool sentarme con mi Alberto Knox (lean el Mundo de Sofía) personal y poder resolver todas esas interrogantes; la verdad es que las piramides te transmiten una sensación de paz increíble, y justo ahora estaba recordando eso.
Definitivo que es después de un mes cuando el viaje que hacemos empieza a tener sentido, empezamos a analizar todo lo bello que vimos, y las cosas divertidas que hicimos!!!
Extraño las piramides, ahora voy a tener que ir a Panamá Viejo a buscar inspiración!
La vida según yo... 