hace unos días recibí un comentario en uno de mis posts, de alguien anónimo, para expresar su desagrado con mi escrito, mi respuesta a este individuo fue totalmente honesta, y no porque crea que lo que escribo debe gustarle a todo el mundo, no, de hecho la mayoría de las cosas publicadas aquí son ejercicios en donde saco lo que tengo adentro sin importar mucho como salga, de todas formas sentí quizás lo que sienten los pintores cuando leen una crítica de sus cuadros, cuando uno expresa alguna emoción no lo hace buscando la aprobación de los demás, eso sólo pasa cuando hay un fin lucrativo en donde el objetivo es agradar a los demás para que nos paguen por lo que hacemos, son muchas emociones encontradas frente a un «NO ME GUSTA» anónimo,, y son muchos los pensamientos que rondan la cabeza,
1. porqué no das tu nombre? –
2. en que momento podemos o debemos criticar lo que los demás sienten?
3. porqué las ganas de joder?
no estoy de acuerdo con los ataques hechos anonimamente, la verdad me parecen muy cobardes, porque no ser lo suficientemente valiente como para dar la cara y sustentar el porqué de una opinón, son los anónimos los que empiezan bochinches, los que traicionan, los que viven en su doble vida esperando el momento adecuado para ponerse una máscara y causar algún daño.
supongo que al final se esconden de ellos mismos, las veces que he escrito anonimamente lo he hecho por eso, para esconderme, para no aceptar equiz o ye cosa, la cuestión es que yo no aguanto y prefiero dar siempre la cara, y de paso aceptar cualquier cosa que esté tratando de ignorar.
asi que, querido anónimo, la proxima vez espero que uses tu nombre, sino como puedo tomarlo a manera de crítica constructiva?
La vida según yo... 