Tengo aproximadamente 3mil cosas de las que quiero escribir, si tuviese que hacer un índice de mi vida los últimos 12 meses, sería una mezcla de risas, llantos, dolores, cerveza, vino, amor, cabreo, decepción, más amor, más vino y pinterest.
Los últimos meses he escritos notas, memos, correos, informes, reportes, siguiendo «siempre la línea…», he cumplido compromisos para asegurar el pago quincenal y pagar las cuentas.
He ido de sentirme desdichada a ser la más orgullosa de mi trabajo, desde ser un cúmulo de pensamientos positivos y ganas de arreglar el mundo a la frustración extrema por sentir que para lograr grandes cambios se necesita más que ganas y pensamiento positivo.
He conocido más personas en 12 meses que en 32 años, he hablado frente a más personas que las que jamás podría imaginar, he compartido con autoridades de instituciones públicas y creo que de alguna manera he logrado impactar a algún porcentaje de los servidores públicos que he capacitado.
Ser servidor público es un honor, pero también es una constante lucha contra el estereotipo, ganado por unos cuantos y sufrido por muchos, la corrupción, la mediocridad, la dejadez y el juega vivo son como las características que se tribuyen al funcionario, y está tan arraigado el pensamiento que muchos se lo creen,
En mi caso me siento feliz, mal pagada, pero feliz. Es un honor, es realmente un orgullo trabajar para algo tan grande como lo es el Estado panameño. Ahora, a las puertas de un cambio de gobierno, varias reflexiones vienen a mi mente, casi todas orientadas a la esperanza, esperanza de que la gestión gubernamental no sólo sea mas eficiente, más transparente, que haya más participación ciudadana y rendición de cuentas real por parte de las autoridades, además deseo que la gestión gubernamental sea más HUMANA.
Nos falta humanidad, nos falta gestión emocional, nos falta comprender que al final lo que hace una institución no es quien ocupa la silla alta de un despacho superior, es el equipo de HUMANOS que trabajan día a día con un objetivo, luchando contra el estereotipo para lograr que el país sea mejor.
Tengo esperanza en el próximo gobierno, tengo esperanza en la nueva gestión, pero especialmente tengo esperanza en un pueblo que despierta y comprende que el trabajo se hace desde todos los sectores.