Nunca he visitado París, Francia; pero como por arte de magia me transporté por 5 minutos a un café que tiene vista de toda la ciudad, y la Torre Eiffel realmente me enamoró, tenía 10 o talvéz 12 años de no oir a Edith Piaff, cuando estaba pequeña era una costumbre de los domingos, mi abuelo vivía de una forma tan sencilla, tan maravillosa, que todo lo que hacía lo aprovechaba y lo compartía, no me podía llevar a Francia, pero si me traía Francia a la casa.
La primera vez que vi Los Aristogatos, y oi la Vida en Rosa, sentí realmente el aire encigarrillado de un café parisino, me prometí que iba a ir algún día. Hoy cumple año mi abuelita y cuando me desperté noté que la invitada principal al desayuno de cumpleaños era doña Edith, que alegría, obviamente no dije nada, pues estoy en esa etapa de no decir nada, con mi mamá y la desagradable de mi tía que aun no le encuentra un sentido a su vida.
Pero bueno, el punto es que tenemos que escuchar todos los días a la señora Piaff y recordarnos de que la vida es rosa, y asi hay que vivirla!!!
HBD a tu abue!!!!