¿quién no ha soñado? si bien entiendo todos los seres humanos tenemos aspiraciones, es decir que en base a lo que somos y/o tenemos, la forma de educación, y la realidad vivida, desde jóvenes nos hacemos una idea de lo que queremos lograr o hacia donde queremos ir, asi debe ser mas o menos en cada cabeza.
hay situaciones en que las personas viven los sueños ajenos, ya sea porque los padres «pensaron que era lo mejor», o por miedo a llevar la contraria a una u otra tradición familiar, que al final cuesta el sacrificio y represión de las verdaderas aspiraciones propias.
es sencillo, si eres hijo de un famoso abogado, desde pequeño lo más seguro te guíen hacia ese destino que según tu familia, «es el mejor», ser abogado, hay que ser lo suficientemente fuerte o saber tecnicas de valeverguismo para decidir que hacer y satisfacer los propios anhelos.
y es que si vivimos los sueños de otros, al final estaremos frustrados y el espiritu humanos muchas veces no aguanta frustración, a tal punto que la vida comienza a perder sentido.
valen mierda los «preceptos sociales», esa sociedad que nos empuja a asumir roles todos los días, si eres mujer ya sabes que naciste para casarte, para estudiar lo básico y suficiente como para entrar en un buen circulo social que te ayude a conseguir «un buen partido», el objetivo final de los estudios no es ocupar una alta posición o ser reconocida por logros profesionales, hasta algunos años atrás el objetivo era ir a una buena universidad, ir a un buen trabajo y «conseguir un buen marido», formar una familia era tarea practicamente de la primera semana de casada, y parir el resto de tu vida, parir desde tus hiijos hasta parir un hogar perfecto.
no estoy en contra de las decisiones conservadoras, o tradicionales más bien, simplemente opino que si una mujer hace «el plan de vida normal» por cumplir el sueño de su familia, pues no le espera una vida muy feliz, siempre nos autoreclamamos por las cosas que no pudimos hacer, o dejamos de hacer por complacer a otro, y la verdad que triste vivir así.
«mamá, conmigo no van a caminar al altar, ni me voy a vestir de blanco y si tengo hijos es a la edad que yo quiera, el tren no existe, o al menos no procuro ser pasajera!, si quieres podemos compartir mis logros profesionales, aquellos logros que son míos porque así lo quise, la apertura de mi primera empresa, y mis cien mil graduaciones» – algo así mas o menos es mi situación, y la de muchas de mis amigas, que simplemente decidieron ser felices ellas.
y podemos traspolar los convencionalismos a todos los campos de la vida, no sólo el personal, muchas veces cuando las personas entran a laborar a corporaciones, lo hacen muy jovenes, cuando aun estan decidiendo que son, y que quieren, no es mentira que las corporaciones absorben, que te implantan un chip y tu desarrollo va a limitarse a lo bien que aproveches lo que ellos te dan, pero al final ellos controlan todo, y tu llegarás hasta donde a la corporación le parezca conveniente.
¿porqué trabajas? cual es tu motivación?, seguir enriqueciendo las aras patrimoniales de quien hace montones de años tuvo un sueño y con esfuerzo y sacrificio lo consiguió? Como todo no creo que haya una postura de bien o una de mal, simplemente son opciones, puede que decidas que compartir un sueño ajeno, sea tu meta en la vida, o como puede que luchar por un sueño propio sea lo que más quieres hacer en el mundo.
sea como sea, y elijas lo que elijas en la vida, creo que todo se resume a hacer lo que nos da la gana, sin sacrificar nuestra felicidad a costa de la de nadie, porque no se puede tener dos vidas paralelamente, asique o te apuras en vivir la tuya como mejor te parezca, o te vas a quedar con las ganas.
El tiempo corre y tu vida también, procura hacer que todo vaya a tu ritmo, al que te de la gana…después de todo el dueño de tu vida, tu tiempo y tu espacio, eres tú!