one week later

si ajá, a veces me da por ponerme en modo spanglish la verdad es que volví hace dos semanas de España, y siento que aún estoy en modo «me acostumbro a todo», all{a me quejaba de Madrid y de que la gente es fría y seca, son como el clima, espero que n verano estén de mejor humor porque la verdad, hmmm, me da un poco de pereza esa ciudad, SIIII me da pereza Madrid. Para caminar y reflexionar está bien, para sentirse pequeño al lado de tantas cosas maravillosas, y si lo vemos desde el punto de vista de ciudad, pues, por algo es una de LAS CAPITALES del mundo, es limpia y su arquitectura te deja boquiabierto. Entonces qué fue lo que no me gustó? sencillo, como dice mi madre yo soy como un marinero de los puertos me quedo con la gente y con lo vivido, no tanto con los lugares y lo caminado. Y en Madrid la gente hmm, pues con solo decirles que estuve siempre rodeada de panameños, no sé si es una comparación justa, los panameños somos lo mejor del mundo a la hora de hacer sentir a alguien bien en un grupo, pero igual no estuvo mal.
Quizás mi economía limitada no me dejó disfrutar un poco más holgadamente pero creo que fue un viaje relámpago, defintivamente para sentir una ciudad como esa hay que estar más de una semana; lo maravilloso fue caminar sola, estar sola conmigo misma, con mis pensamientos y mis reflexiones, darme cuenta que amo estar en mi ciudad con mis planes y mis metas, y mi gente, en este momento de mi vida y cuando estuve del otro lado del Atlántico me di cuenta que estoy y soy donde y quien quiero ser y estar, no tengo absolutamente nada más que pedir, sólo tengo que ponerme a trabajar!

no todo es malo, debo agregar que me gustó mucho el Museo Reina Sofía, me di cuenta de que algo sé y que lo que mi tía lalo Vita me enseñó se quedó muy presente en mi mente, mi cerebro reaccionaba de manera sorpresiva (para mi) ante cada imágen.

En el seminario me regalaron un libro, era parte del paquete de bienvenida, venía envuelto, y se llama «El Bolso de Ana Karenina», de que habla? de mujeres, de mujeres que han sido reconocidas o no, famosas o famoseadas en su vida por buena, mala, triste o extraordinaria, ya lo empecé y me regala buenos momentos.

Luego hablarles de Barcelona es totalmente distinto, siento que es una ciudad que me ofrece magia, sus calles, sus edifcios y su gente, sobretodo el mar, cerca, mi corazón costeñito saltó de emoción al ver el mar, no importa que se llame diferente es la cercanía al agua, la enegía que rodea las ciudades costeras simplemente me encanta. En Barcelona tuve compañía, guía y anfitriona, me enseñó la ciudad desde su perspectiva y eso hizo que valorara más ese viaje, quizás mi madre tiene razón, «me quedo con las personas, las historias, las experiencias» pero de Barcelona me traje un poquito de viento, porque pretendo guardar la dirección y volver…pronto.

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