Los últimos seis meses me han parecido seis años…los más felices, los más difíciles y los más reveladores. Me he dado cuenta de que el sistema no tranza con nadie, que si haces las cosas bien es como debes hacerlas y las recompensas no son una constante, uno debe aprender el milenario arte de la auto-recompensa.
Aquí gana quien hace las cosas chuecas, ganan los corruptos, ganan los «más vivos»…si haces las cosas bien, es porque eres mogo, no bueno. Al menos eso es lo que se siente luego de endurecer las paredes estomacales y darte cuenta desde adentro del sistema que nada sirve, que nada es como debe ser y que el bien común se queda en el papel.
¿Soy feliz?, sí, tanto como para entender que los sacrificios son parte de la felicidad, la parte que hace a la felicidad ser posible. ¿Estoy dónde creo que debo estar? Sí, sólo sintiendo lo incómodo puedes definir que quieres y hacia donde debes ir.
Lo que no logro entender es ¿cómo mierda hace la gente para sentirse positiva y realizada? Yo creo que se compran cosas, tienen y tienen y basan su entera felicidad en tener más y más, es el efecto placebo.
O quizás encuentran placer en joder y oprimir a otros, hacer sentir menos a otro para yo sentirme un poco mejor, créanlo, hay gente así de enferma. Y hay gente tan insegura que se venden con tal de ser «apreciada» por todos.
¿estoy feliz en donde estoy a pesar de que sé que debo estar en este lugar? NO.
La felicidad y los sacrificios, de la mano, juntitos, siempre.