Anotaciones devaluadas, nos desvaloramos día a día cuando aceptamos realidades que no nos construyen, nos fallamos día a día cuando entramos en círculos de deconstrucción personal, cuando soportamos lo que no queremos soportar, cuando toleramos por «el bien común» aquellas cosas que no toleraríamos jamás, especialmente nos vamos abandonando cuando bajamos la cabeza y nos dejamos hacer chiquitxs, tan chiquitxs como jamás pensamos que llegaríamos a ser.
yo soy la mujer que escribe, la que piensa, la que ríe, la que habla y la que (se)enamora de la vida día a día, soy la mujer que sonríe al ver flores amarillas y se llena de amor al ver gerberas de color fucsia (cuándo aprenderé a pronunciar bien el color fucsia?), soy alegría, soy mía.
No nos damos cuenta cuando todo pasa, todo suele pasar tan rápido, tantas connotaciones, tantos riesgos, tantas apuestas, tantas convicciones, tantas ganas de amar(te) y tantos obstáculos que pasar.
Voy a tí, y tí se aleja, te vas con ti-go, te alejas a ratos y no puedo entenderlo, no puedo desenredar los miedos y alinearlos y sacarlos de mi cabeza con un soplido, voy hacia tí y sigues ahí con los ojitos taciturnos y enojados, llenos de rabia contra el mundo, ¿contra mi? (a veces, en esos momentos en que el mundo te da rabia no quiero ser tu mundo)
yo era grande, lo fui, y el amor me hizo más grande aún, no quiero pensar que también el amor puede empequeñecerme, achicarme, hacerme así, como pulgarcita.
Me gusta reírme de tus cosquillas elevadas, de esas que sientes a la distancia, cuando simplemente miro tu cuello en esas sesiones de alegría y amor cósmico, me gusta también hacerte cosquillas en los pies con los ojos, y ayer me di cuenta que cuando traes zapatos no funciona, pero siempre funciona ahí, en ese lugar (ese lugar nada porno) en el que sabemos que eres más sensible.
yo soñaba, yo sueño, y ahora estás en mi sueños, los sueños que se convierten en realidad es porque eran soñados con amor, yo te sueño con amor, y por eso sé que todo es real.
Yo soy una leona, lo soy contigo y con todos, pero más contigo, a veces siento que no debo, quizas está bien dejarme cuidar, dejarme proteger, somos iguales y estamos en la misma selva.
Extraño las (mis) letras, las extraño y extraño los cafés a los que me invitabas y que aún no cobramos todos, que dices, me dejas a mí invitarte un café?