Despojarse

El 21 de junio es el solsticio de invierno en el hemisferio sur, para las comunidades originarias suramericanas como los mapuche o los quechua, es de vital importancia esta fecha y leyendo un poco sobre el tema me di cuenta de que la han tenido re clara por miles de años, a nosotros nos cagaron los europeos y luego los gringos, pero los gringos también fueron cagados por los europeos así que la madre patria pronto debe emitir un «mea culpa» y reparación por daños (retroactiva a 500 años), con todo esto del mundial y de las «sorpresas» que han dado los países latinoamericanos sumado a la poca importancia que le han dado los medios europeos me pone a pensar que quizás la copa del mundo no es para nada mainstream y que definitivamente ya es una cosa del tercer mundo, es decir en realidad hay cosas más importantes que pensar que seguir con ese ritual absurdo que reemplaza las peleas con leones y nos acerca a «Hunger Games».

En fin toda la reflexión nace pues por la época, por lo que aprendí de los mapuche, y por que hace rato no escribía, el We Tripantu es la celebración del año nuevo mapuche, el día más corto del año, el día en que sol se renueva y decide acompañarnos por un año más, lo celebran desde el 21 al 24 de junio y con diferentes rituales de los cuales aún quedan algunos en esta época, pero me gusta mucho la reflexión de la renovación, de cambio, tiempo en donde los nuevos brotes nacen y la tierra se limpia por medio del agua, y es así como todo fluye para que si así lo queremos agarremos toda la energía de la tierra, de la luna, del sol y hagamos uno solo con el planeta, con la madrecita tierra, con el universo que nos regala una recarga de energía, más fuerza, y nuevas alegrías.

“La primera misión del filósofo es despojarse de todo engreímiento. Pues es imposible que un hombre aprenda lo que cree que ya sabe.”  ―Epicteto
“La primera misión del filósofo es despojarse de todo engreímiento. Pues es imposible que un hombre aprenda lo que cree que ya sabe.”
―Epicteto

Parte de esa alegría viene de aprender a despojarse de lo que lo hace a uno más pesado, y me refiero a esas ataduras, miedos, inseguridades, pensamientos tontos, sentimientos vacíos y egoístas, intenciones frías y superficiales, es un camino largo, es una adaptación a lo nuevo, al nuevo ser yo mismo, a mi me pasó al cambiarme de país, me pasa cada día que me levanto y me doy cuenta de que estoy donde quiero estar, que la vida que elegí vivir es la mía, que decidí ser feliz por mí, y una vez que entendemos eso no tenemos como echar la culpa a mas nadie, nuestra felicidad está en nuestras manos y somos responsables por mantenerla y producir con ella.

Cuando hacemos «lo que se debe» en cierta forma asumimos la posición más cómoda, el saber que en el fondo podremos culpar a alguien, o a muchos, de nuestra infelicidad y fracaso porque aceptamos ceder nuestra felicidad a los actos de otros, a las ideas de otros, a las consecuencias de otros.

Para ser feliz hay que ser valiente porque en un mundo de infelices la felicidad es muy mal vista. (a propósito de esto, creo que todo mundo debe leer «El último padre» de Rodolfo Braceli)

Es difícil despojarse de las cosas que nos han enseñado que «valen» pero una vez desnudos con nosotrxs mismxs, asfixiadxs en nuestra propia hediondez vacía, superficial, consumista, hedonista, nos damos cuenta que limpiarnos el alma es tan importante como limpiarnos el cuerpo, sino es que más.

En fin, feliz año nuevo, que el nuevo año traiga despojos, que empecemos a dar más y necesitar menos, a querer ser más y más y tener cada día menos, porque vivir de lo mínimo nos hace ver que menos es más.

we-tripantuUna anécdota de esas de cuando «te cae el cuara» (te cae el veinte, te das cuenta de algo), anoche estaba en un recital de unos cantautores chilenos, con mis compas de los scouts, ver la cara de mis amigos chilenos al sentir ese contacto aunque sea tan intangible con un poco de su tierra me hizo entender que despojarnos de los apegos es acercarnos más a valorar esas cosas, que la tierra de uno viaja en la gente, que el amor fluye a través de la felicidad de vivir y hacer lo que queremos, que entre más damos más tenemos y así, yo descalza, en un recital de alguien que no conocía con hermosos seres que apenas conozco pero que ya amo, decidí ser feliz, tan sencillo como eso, un día dejas de fumar, un día dejas comerte las uñas, un día dejas las cosas que te hacen mal y decides ser feliz, y es como todo, viste, (re argentina está la minita) es difícil mantenerse así, es cuestión de todos los días.

No importa cual sea la búsqueda espiritual, religiosa, o de confirmación de fe. Lo importante es saber que buscando ya rompemos con el molde, ya vamos en contra de lo establecido, no nos conformamos con hacer las cosas porque sí, pretendemos darle un sentido a todo, y somos románticos, somos eternos soñadores, somos los eternos jipis que buscamos que el amor mueva al mundo.

1 comentario en “Despojarse”

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