El 21 de junio es el solsticio de invierno en el hemisferio sur, para las comunidades originarias suramericanas como los mapuche o los quechua, es de vital importancia esta fecha y leyendo un poco sobre el tema me di cuenta de que la han tenido re clara por miles de años, a nosotros nos cagaron los europeos y luego los gringos, pero los gringos también fueron cagados por los europeos así que la madre patria pronto debe emitir un «mea culpa» y reparación por daños (retroactiva a 500 años), con todo esto del mundial y de las «sorpresas» que han dado los países latinoamericanos sumado a la poca importancia que le han dado los medios europeos me pone a pensar que quizás la copa del mundo no es para nada mainstream y que definitivamente ya es una cosa del tercer mundo, es decir en realidad hay cosas más importantes que pensar que seguir con ese ritual absurdo que reemplaza las peleas con leones y nos acerca a «Hunger Games». Seguir leyendo «Despojarse»
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adaptación
En Argentina no venden la marca de shampoo que uso, ni tampoco la mayoría de las marcas de medicamentos que tomo, ni venden mezcla de pancakes estilo gringo y pueden cobrarte hasta 5 dólares por pancake en un restaurante, no hay mantequilla de maní ni gaseosa de manzana, y no existe la ropa barata. Wait, sigue leyendo…lejos de ser una reflexión depresiva es una manera de decretar o de dejar registro de que realmente somos adaptables.
Dicen que sólo bastan 21 días para que un ser humano se adapte a alguna

situación, ya llevo 29 días aquí y debo decir que no está nada mal tomar leche descremada que no sabe a formula para bebé o que parece agua, ponerle sólo sal a la carne y que sepa deliciosa, que los vegetales duren semanas en la nevera y que el transporte cueste menos de 25 centavos de dolar, es genial poder pedir helado a domicilio y que no llegue derretido a tu puerta, caminar por aceras, sí señores panameños, las aceras no son un mito, realmente existen, poder ir a muchos eventos culturales gratis y la cerveza más barata que la coca cola, son cosas hermosas.
Definitivamente amo Panamá, y la sensación de comerte un mango que recogiste del árbol del patio de la finca, o un marañón que viste crecer desde tu ventana es incomparable, sentir el calorcito del sol a todo hora, escuchar a una mujer reir fuertemente y ver a un chofer de bus cabreado porque no lo dejan pasar, no hay punto de comparación.

En Panamá jamás me gustó la pera y los duraznos sólo los comía en casa de mi abuelita, ahora muero de antojo con sólo ver una pera enorme que se deshace con que sólo la veas, o enterrar los dientes en un durazno enorme y tan suave que se pierde en la boca, la comida es lo primero a lo que nos acostumbramos, luego poco a poco, primero en la calle donde vives y luego en la ciudad vas poco a poco descubriendo el lugar que elegiste para pasar una temporada de tu vida.

Me gusta La Plata, me encanta mi nueva ciudad, hay tanta gente en Argentina que he encontrado agradables, desagradables, sonrientes callados, y varios extranjeros, es hermoso poder comprar flores en la calle sin que te cuesten un ojo de la cara, ver gente montando bicicleta, hacer fila para subir al colectivo (bus) o cruzar la calle por las esquinas sobre las líneas de seguridad, confieso que una que otra vez no lo he hecho, visitar la verdulería de enfrente, la carnicería de media cuadra a la izquierda o escuchar al chino hablando español-argentino.
Ya se acerca el otoño y será el primero que viva en toda mi vida, esto de tener cuatro estaciones es nuevo para mi tropical existencia, y pretendo disfrutar cada una, incluso cuando doble mi peso en abrigos contra el frío!
«En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos]»
la frase es de Heráclito (por si no sabías)
-tanto tiempo. ¿qué ha cambiado?
Cuántas cosas pueden sucedernos en periodos largos de tiempo, o medianos si quiere e incluso los más cortos, un año, 365 días de experiencias que a cada segundo nos cambian, trastornan nuestro hoy y de una u otra manera nos hacen diferentes, no somos la misma persona, como nunca será el mismo río, pero seguimos siendo nosotros y sigue siendo ese río, easy.
Hay cosas de los cambios que nos obligan a reforzar lo que siempre es, hay cosas que el tiempo solo afirma, hay cosas que los cambios fortalecen, pero principalmente los cambios siempre limpian, sanan, curan, nos ayudan a tener perspectivas diferentes en diferentes situaciones, los cambios nos dan la oportunidad de volver a empezar, de volver a intentar, los cambios son buenos.
«hacer las cosas de la misma manera esperando resultados diferentes», una de las tantas frases que se utilizan para definir a la locura, definitivamente cuando queremos algo realmente, algo material, emocional, una meta, o cualquier cosa, lo mejor y lo mas natural debe ser el ensayo y error, probar todas las opciones, todas las formas, perseverar, sea como sea, la experiencia siempre será satisfactoria y positiva (aún cuando a primera vista no lo parezca)
pienso que al final sólo nos queda comprender que somos y no somos y seguiremos siendo y no siendo hasta el final de nuestros días porque estamos destinados a vivir.
«tropezar dos veces con la misma piedra», carece de sentido esa frase, nunca serás la misma persona, y la piedra no será la misma piedra, muchas cosas habrán influido en ese escenario y lo importante es aprovechar que las circunstancias son distintas y ¿quién sabe? quizás es mejor tomar la piedra, y llevarla contigo, aceptando que es parte del camino que elegiste tomar.