Esta mañana amanecí con Luna respirando sobre mi cara, sí mi perrita de 7 meses me fue a despertar con su naricita fría y sus ojos inquisidores me miraba fijamente, así empezó mi día, al intentar levantarme de la cama me di cuenta de que todo me daba vueltas, y un fuerte dolor se apoderaba de mi cabeza, comenzaba en la base del cráneo, justo arribita de la nuca y se expandía por los costados, abrir los ojos y ver «el hermoso sol de la mañana» fue imposible, pero no por el dolor sino porque estaba lloviendo, torrencialmente, de esas lluvias que uno debe disfrutar pero que cuando sufres de rinitis alérgica puede significar la total falta de oxígeno en tu sistema.
Cuando logré bajar la mitad de mi cuerpo de la cama, la otra mitad la dejé descansando, lo primero que se me ocurrió fue buscar una de esas pastillas para dolores múltiples con descongestionante que usualmente dan sueño, pensé que máximo me dormiría dos horas más e iba a despertar como las chicas de los comerciales de t.v., pero no, es falso, eso no sucede, me desperté como por inercia, por saber que tenía que hacer cosas que no podría aplazar más allá de hoy. Por lo que me dispuse a preparar desayuno, alto en proteínas por dos motivos, para despertarme y porque comencé nuevamente la dieta, algo de café y ya está, esto sucedió a las 10 am. No sé que pasó entre las 10 am y las 12:45 que llegó mi cuñada con el almuerzo, ¿tenía que almorzar ya? estaba muy concentrada en intentar terminar lo que tenía pendiente + mi llamada diaria de skype , un enorme vaso de agua y la mirada fija en la pantalla, no me iba a dormir, no podía. Decidí comer porque ya me dio algo de hambre y fue quizás el olor del almuerzo lo que me hizo ingerir la comida….luego no recuerdo más nada.
Así es me volví a dormir, lo curioso, y el centro de esta anécdota, historia, cuento, hablar paja sin parar, es que tuve un sueño muy extraño que iba así: Seguir leyendo «¿por qué hay un chino en el inodoro?»